
Disminuye el campo visual y se acelera la aparición de la fatiga.
A medida que aumenta la velocidad, la capacidad de percibir la información visual de nuestro alrededor disminuye. También aumenta la atención que se debe prestar al conducir y esto acelera la aparición del cansancio o la fatiga.
Además se produce el efecto túnel, que es la reducción del campo visual, perdiendo la visión periferica y viendo sólo con nitidez el centro de la calzada. Esto ocurre con la velocidad y con el alcohol.